miércoles, 31 de marzo de 2010

Relato


UN HABITANTE DE LA CALLE
Una tarde mientras jugaba baloncesto me di cuenta que una persona se encontraba durmiendo en las gradas del parque. Dentro de mí decía: - debí traer la cámara para registrar como este individuo se apropia del espacio, para hacer un mini cambuche con cobijas y un costal de tela lleno de ropa-.

Esta persona estaba completamente profunda, descansando, mientras tanto yo continuaba jugando.

En menos de nada, note que dos jóvenes entre los 17 y 23 años de edad, con camisetas del escudo del equipo de millonarios se le acercaron al señor que estaba durmiendo.
Empezaron a exigirle que debiera abandonar el barrio, el habitante de la calle exigió su derecho de estar en el lugar publico, a demás que no le estaba haciendo mal a nadie. Ambos jóvenes empezaron a tirarle piedras, el señor cogió un palo que tenia y los correteo, luego el se devolvió y empezó a empacar sus cosas sin percatarse que había dejado el palo en el piso, tarde fue cuando vio que uno de los jóvenes le había quitado el palo.
Vi en su rostro el desespero y lo indefenso que se encontraba, sin su palo de defensa. Al ver que tenían su palo pidió para que se lo regresaran. Mientras tanto estos jóvenes parecían estar felices disfrutando como se la montaban al señor (como predominaban sobre el).

En menos de nada, no se como el señor y uno de los jóvenes estaban agarrados, el señor tratando de coger el palo y jalando el cabello largo del joven.

Poco a poco la pelea se acercaba a mi, por lo que note que el joven le pego con una piedra en la cabeza y el señor quedo sangrando en toda su frente. Luego se fue alejando llorando y con su ropa en su costal roto.

Mientras los jóvenes disfrutaban, nadie hizo nada, todos fuimos testigos de tan cruel realidad.
Afortunadamente después me entere que el señor se encontraba bien. Seguía desplazándose por la ciudad.

jueves, 18 de marzo de 2010

La noche y las huellas

En las noches del centro de Bogotá solo se siente frio y miedo, a lo lejos entre las calles aledañas de la estación central de la sabana, se ven pequeños grupos de familias sentadas recibiendo el calor que ofrece algunas hogueras. Al día siguiente no hay nadie y solo quedan sus huellas, trazos de comida, manchas en el suelo y en la pared, producto del fuego y carboncillos que se consumieron al pasar las horas. Mientras tanto, en otras calles a primera hora del día se ven habitantes de la calle cubiertos de cobijas, sabanas, o sumergidos entre la misma ropa, acostados en el suelo mimetizándose con la arquitectura gris de la ciudad.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Reflexiones

A veces pienso que nos incomoda la apariencia y los olores del que habita en la calle, por que vivimos pendientes del que dirán, vivimos de las apariencias, y quizá por ello es que estas personas continuamente son excluidas en tiendas, centros comerciales.
Es como si se quisiera tapar, esconder y vivir en algo que sea aparentemente perfecto. Escondiendo lo que verdaderamente somos corporalmente como por ejemplo nuestros olores, el sudor se oculta con perfumes, desodorantes, jabones, al igual que la ropa, puede parecer sucia pero en verdad esta limpia, si hay rotos pero están diseñados.

Lo que me parece a veces divertido en los que habitan en la calle es que están libres de tapujos, un día vi a uno sucio, con mucha ropa puesta, y con una corona de cartón dorada encima de su cabeza, otra vez note a otro andando en una cicla pequeña como para un niño de 4 años. O en ocasiones he notado que hablan, bailan, se ríen solos,.

Aparentemente esta descripción parece como si me estuviera burlando de la “desgracia” de unos, pero no lo hago con esa intención, es que a veces intento ver más allá de ese individuo que esta sentando reciclando o pidiendo plata. Es como si desapareciera esa idea de peligro, y empezara a notar un ser que actúa, es como si pudiera ver claramente a alguien y no a una idea de amenaza que no deja ver las cualidades que pueden tener.
No se como desligar esa idea de nosotros - ellos siendo que somos iguales, no se porque persiste la idea de desligarlos.

La primera vez que hable con un habitante de la calle, se me abrió el mundo, era como si hubiera permitido conocer un nuevo modo de llevar la vida diferente a la que yo llevo, siendo que habitamos en la misma ciudad (El valor que le da a los elementos desechados, las vivencias en la calle, las formas para sobrevivir cada día, la filosofía de libertad).

viernes, 11 de diciembre de 2009

Reflexión

Debo confesar que en un principio quienes habitan en la calle me causaban temor con solo verlos. A lo largo de este proyecto, y por medio de las entrevistas me permití acercarme a alguna de estas personas, me sorprendí de lo equivocada que estaba sobre ellos, note personas que se asemejaban a mis amigos, a mi familia, con los que podía hablar, a quienes podía oír historias, quienes consigo tenían un pasado y un presente, con quienes me podía enriquecer porque era como entender y conocer un modo de llevar la vida diferente a como yo o quienes me rodean la llevan.
Individuos solitarios, consientes de su apariencia, personas comunes que se esconden entre trapos sucios y rotos, capas de mugre entre su piel, ideas nubladas de bazuco.

Reconocí individuos que le dan un nuevo valor a lo que se desecha como por ejemplo residuos de metal, papel, plástico, cartón.

(Las entrevistas se pueden encontrar editadas en: http://www.youtube.com/user/HabitaRcomoAndaR?feature=mhw4)

domingo, 31 de mayo de 2009

Nomadas




Un habitante de la calle es un individuo aventurero que vive y se desplaza entre las vías de la ciudad, es una persona que constantemente sobrevive entre la selva de cemento, lográndola adecuar según sean sus necesidades (hábitat, trabajo, consumo).

A quienes habitan en las calles los he denominado nómadas, pese a que pueden estarce sumergidos en una sola determinada zona, nada en su vida es estable, al contrario su hábitat cambia constantemente de lugar (bien sea por cambiar o porque algunos individuos lo desplazan como por ejemplo la policía, la misma comunidad, los mal llamados limpieza social); sus recorridos no precisamente tienen un determinado orden, su dia a dia, es una constante deriva (es su modo de vivir que los vuelven nómadas). Para su gran mayoría vivir en la calle significa ser libre, sin tener que dar explicaciones de lo que se consume o no, sin que nadie los mande, vivir invisibles para el estado (sin deudas, sin cedula).

Su andar es el medio indispensable para reciclar, comer, consumir, vender. Aunque su apariencia nos cause desconfianza hay que tener en mente, que no por ello deben ser agredidos o pasar por encima de sus derechos.

“Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie, ni hacerle mal en su persona; aunque piense y diga diferente”. (artículo de una constitución indígena).